Prensa Fundación IDEA/15.02.24.- Actualmente científicos de la Dirección de Energía y Ambiente de la Fundación Instituto de Estudios Avanzados (IDEA), el cual forma parte del Polo Científico Tecnológico de Venezuela, estudian las potencialidades nutricionales y terapéuticos de las microalgas productoras de lisina, aminoácido esencial para el desarrollo de los seres humanos.
Sobre esta labor, la Lcda. María Fernanda Rojas Valls, responsable del proyecto, explicó que actualmente evalúan el potencial de las microalgas en la producción de aminoácidos especiales, lo cual es sólo una de las diversas aplicaciones del cepario de microalgas cultivadas en la institución, adscrita al Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología (Mincyt).
Vale destacar que el estudios de “Las microalgas en la producción de insumos de interés biotecnológico y mitigación de CO2”, en la cual se incluyen la formulación de alimentos balanceados para animales, suplementados con biomasa microalgal; la detección de cianobacterias y cianotoxinas en cuerpos de aguas, y la calidad microbiológica y gestión del agua», es una de las cuatro líneas de investigación que se ejecutan a la fecha en esta área estratégica de la Fundación IDEA.
En tal sentido, la lisina forma parte de los nueve aminoácidos esenciales que el organismo del ser humano no puede sintetizar, por lo cual, es necesario aportarlo a través de la alimentación.
Es importante destacar que la producción de lisina, con otra fuente nutricional, servirá para complementar desde el punto de vista proteico otras fuentes vegetales carentes de este aminoácido esencial como son los cereales, por ejemplo, los encontrados en la harina de trigo.
Agregó Rojas que el papel principal de la lisina es participar en la síntesis de proteínas, siendo fundamental para el crecimiento y la reparación de los tejidos.
Amor por los microorganismos
Por otro lado, sobre su motivación personal para estudiar ciencias comentó que ser mujer científica ha sido satisfactorio porque le permite desarrollarse académica y profesionalmente y adelantar proyectos dentro de los laboratorios del IDEA para ayudar al desarrollo del país”.
De igual modo, acotó “desde muy pequeña mi papá me enseñaba sobre los organismos que existen en las playas costeras de Venezuela, por eso en principio me emocionaba ser bióloga marina”.
Finalmente, la profesional de la ciencia rememoró “cuando crecí empecé a estudiar biología, pero me enamoré de algo mucho más hermoso: los microrganismos (bacterias, virus, parásitos), lo cual me motiva laborar en la Dirección de Energía y Ambiente”.