De acuerdo con el sociólogo puertorriqueño Ramón Grosfóguel, para evitar la reproducción de esquemas imperiales de guerra, saqueo y empobrecimiento de los pueblos es necesario cambiar y repensar cómo comunicamos la ciencia puesto que, hasta ahora, se repite el mismo sistema hegemónico.
Durante su participación en el conversatorio denominado «Ciencia para la paz y el buen vivir», organizado por el Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología, Grosfóguel explicó que la ciencia moderna se constituyó como una ciencia sin ética, sin límite, donde todo vale, por lo que se convierte en ciencia destructiva de la vida.
“A nombre de la ciencia se puede hacer cualquier cosa sin límites éticos. Descolonizar la ciencia también implica poner límites éticos porque a nombre de la ciencia, una comunidad de científicos puede decidir poner bombas nucleares para poner un ejemplo extremo, pero también para hacer quizás más tecnología destructiva de la vida que no tiene los cuidados de la reproducción de la vida o hacer más medicina tóxica que en lugar de curar, envenena nuestro cuerpo. Hay que construir una ciencia que tenga la racionalidad de la vida, y eso significa descolonizar la ciencia de esa visión hegemónica donde todo vale. Es como una especie de sacralización de la ciencia, de transformarla en una nueva religión moderna; en lugar de subordinar la ciencia a los intereses de la humanidad, de los pueblos”, expresó.
En su discurso, el escritor e investigador Ramón Grosfóguel aseguró que detrás de la ciencia hay muchos intereses, sobre todo en la industria internacional armamentista y en los Estados imperiales que solo les interesa desarrollar ciertas cosas, a nombre del trabajo científico, para iniciar una guerra.
“Hay un gran conflicto en el campo de batalla de la ciencia y de la producción científica internacional donde, por ejemplo, el imperio americano invierte una cantidad de miles de millones de dólares, o sea la mitad del presupuesto del imperio estadounidense se va en la industria de guerra. Allí contratan a un montón de científicos que les pagan muy bien para hacer armamentos, para mejorar los armamentos y hacer bombas inteligentes. ¡Imagínense! Estamos en un momento histórico muy importante de la humanidad, porque estamos en una crisis civilizatoria muy seria que viene de varios siglos, pero que cada día se intensifica más donde estamos jugándonos la vida del planeta Tierra, la vida humana y no humana”, manifestó.
El pensador puertorriqueño reiteró que, en Venezuela, el presidente Nicolás Maduro hizo un llamado a descolonizarnos en todos los campos de la vida, en la economía, política, pedagogía, educación, mente, espíritu, pero también en la ciencia y la tecnología.
“Si no descolonizamos la ciencia, el problema es que vamos a estar haciendo ciencia destructiva de la vida, ciencia que no va acorde a los intereses de nuestros pueblos. El llamado es y en eso la ministra Gabriela Jiménez-Ramírez ha estado a la vanguardia, ella llama a hacer ciencia para la vida, a descolonizarnos de esa ciencia hegemónica para la guerra, la destrucción. Este llamado es una virtud de la Revolución Bolivariana por lo cual tenemos que estar siempre conscientes y agradecidos que ese es el proyecto de país que tiene Venezuela y le está dando ejemplo al mundo”, puntualizó.
Prensa Mincyt/Karina Depablos.-