Batallas en el IDEA: Parkinson, Dragón Amarillo y soberanía alimentaria

En el Instituto de Estudios Avanzados, Juan Mateus realiza estudios orientados a la conservación y recuperación de diversos rubros comestibles y el control de las plagas que amenazan con extinguirlos.

El doctor Juan Mateus conoce de rubros de la tierra originarios de Venezuela y de otros países de la región. Sus estudios han servido para el mejoramiento de variedades de papa; tiene información poco difundida sobre la yuca (hay una interesante variedad: la yuca roja) y la batata, sobre la cual maneja datos de interés genético que aún no se han estudiado a profundidad.

Nació el 24 de octubre de 1968 en San Felipe, estado Yaracuy. Su familia llega a Venezuela en el año 1956 y luego de una breve estadía en Caracas, decide comprar una finca en este estado para dedicarse a la siembra de naranjas, toronjas, algodón, maíz, ajonjolí y sorgo, entre otras. La mayoría de sus familiares se dedicaron a la siembra, lo que claramente lo llevó a estudiar en la Universidad Central de Venezuela la carrera de Ingeniero Agrónomo. En 1995, ingresa al IDEA en el área de Agricultura y Aoberanía Alimentaria. Recibió el Doctorado Honoris Causa por la Escuela Superior Internacional del IDEA y recibió el Premio Nacional de Ciencia y Tecnología en el año 2010. Ha sido tutor de varias tesis y ha asistido a profesores titulares con muestras de su trabajo. Sus investigaciones fueron un impulso decisivo para el proyecto Proinpa (Productores Integrales del Páramo), para su laboratorio (Cebisa) y para la Alianza Científico Campesina.

Gusta de hablar también sobre los distintos problemas que se han venido agravando con el tiempo y que tienen que ver con los desajustes climáticos en el planeta, la proliferación de nuevas plagas y bacterias, la crisis económica y otros entuertos que amenazan con la disminución de las cosechas de estos y otros rubros. 

Por ejemplo, hay una especie de yuca que aloja una bacteria llamada Xanthomonas axonopodis, que produce unos “nudos” bacterianos en tallos y hojas, e impiden el fluido de minerales, sales y agua por los conductos alimenticios de la misma, causando la muerte progresiva de la planta. A pesar de una ordenanza que prohibió sacar esta variedad de yuca del oriente del país, ya se encuentra difuminada por todo el territorio.

Sin embargo, esa misma bacteria que mata esa especie específica de yuca está bajo estudio; están aislando de ella un tipo de proteína activadora de genes para ser utilizada con fines medicinales como “emuladores de la activación de transcripción”, o sea, que para que un gen se active se requiere de ciertas proteínas que se pueden obtener de esa bacteria.

Otros problemas como el empobrecimiento de los suelos, los problemas que existen para obtener los insecticidas que son mayoritariamente importados, hasta el cambio climático que ha desplazado zonas de siembras, son parte de las situaciones que se estudian desde el IDEA, para garantizar una producción sana, de calidad y suficiente para satisfacer las necesidades alimenticias en el país.

Desde muy pequeñas

“La papa es un rubro perfecto que se presta para la masificación”, afirma Mateus. La yuca es más propensa a adquirir enfermedades. Así que parte del trabajo desarrollado por el IDEA se basa en conservar plántulas sanas de aproximadamente 80 especies distintas in vitro.

Para lograrlo, y en esto Mateus es un experto, ya que hizo su tesis en “Cultivo de tejido vegetal”, se debe realizar un proceso complejo y delicadísimo en una planta sana. Por ejemplo, cuando se tiene información de una cosecha de yuca de buen tamaño, fácil de cocinar y sabrosa, entonces se obtiene una estaca de la planta y de su punta extrema se disecciona el tejido productor de tallos y hojas, que no se puede ver a simple vista sino con lupa, porque está oculto tras unas hojas mínimas, entonces se debe alcanzar “un domito brillante parecido a una bola muy pequeña de billar” que posee una especie de “cachitos” de las hojas, y que son los que generan tallos y hojas nuevas de un milímetro de diámetro, y a los que aún no le llegan las sales minerales y el agua. Esto, porque las “tuberías” llamadas xilema y floema no llegan a este punto en la etapa de crecimiento de la plántula.

La mitad de las plantas que se encuentran resguardadas en la institución se han obtenido con este proceso.

También existen 60 clones de las variedades más importante y se les llama “progenies”.

Antes de realizar esta operación, se aplican protocolos de esterilización para que las muestras no se obtengan contaminadas.

La potencia del todi o Mucuna pruriens

“A esa leguminosa, que se llama Mucuna, la gente del campo le llama Todi. Mi mamá la tostaba, la molía, le echaba leche y sabía a la bebida achocolatada”. 

Resulta que existen variedades de esta leguminosa que es originaria de la India y varían en cuanto a color y tamaño y se dan en arbustos o “bejucos”. Estos granos poseen un aminoácido secundario llamado L-Dopa que resulta ser muy efectivo en el tratamiento del Mal de Parkinson. Todos los granos poseen esta sustancia en menor o mayor grado, pero la Mucuna tiene altos grados de Levodopa, entre un 5 y un 15%, mientras la caraota, por ejemplo, posee menos del 1%.

Las características de la leguminosa a la que nos referimos son bastante particulares. Posee una “mucunain” que produce mucha picazón al contacto con la piel, y posee unas toxinas que deben ser procesadas y es entonces cuando puede servir para el consumo humano y animal.

Las que mostró, que eran 3 en total, eran la Mucuna blanca (que es en realidad beige), negra y rayada.

Los trabajos de investigación que se realizan desde el IDEA llegan hasta la identificación de los componentes que poseen las plantas, frutas, árboles y todo lo que gira alrededor de la agronomía, pero los procesos y aprovechamiento de estos resultados son propios de institutos como las facultades de farmacia. En este caso Mateus trabaja en la identificación de la L-Dopa, identificándola y cuantificando la presencia de la misma en la leguminosa que, por cierto, ya procesa y necesaria en la identificación de este aminoácido secundario, tiene un costo muy elevado, al punto de que un “pellizquito” de este componente cuesta unos 1000$.

Variedad de todi o Mucuna pruriens

Juan nos nombró varios procesos de identificación de estas sustancias, el HPLC (High Performance Liquid Chromatography), y la Colorimetría que se utiliza en uno de los procesos con líquidos, otro con gases y uno más con la combinación de ambos y que es el método que aplican en el IDEA. Éste consiste en procesos químicos que se complementan con softwares que procesan la información y que al ser aplicados, dan como resultado una curva que da razón de los niveles de la presencia de las sustancias que se buscan, con respecto a un patrón preestablecido.

Dragón amarillo (foto MinCyT)

Un dolor de cabeza: el “Dragón Amarillo”

Huang Long Bing, o Dragón Amarillo es el nombre de una plaga de origen asiático que se presume que llegó a Venezuela en 1920. Es un insecto muy pequeño que puede ser confundido con mosquitos pero que posee características bien diferenciadas. 

A través de una especie de pitillo, este insecto llega a las zonas más blandas de las plantas, o sea, los brotes tiernos para alimentarse de la sabia y si la planta está enferma, aunque es de vuelo torpe, al moverse a una planta sana, la infecta de inmediato. Ataca principalmente a plantas cítricas, aunque no discrimina, transmitiéndole la bacteria Candidatus Liberibacter Asiaticus.

Una planta enferma trata de evadir la enfermedad creando una serie de tejidos llamados “callosas” que tratan de evitar que la bacteria se esparza por toda la planta, lo que explica la asimetría en el color de la misma que presenta, por ejemplo, una hoja verde, una de una verde más tenue, otra verde y una amarilla. Cuando esto ocurre, las hojas dejan de producir los nutrientes necesarios para el desarrollo de la planta y sus frutos, de tal manera que otra de las características que presenta es que la planta enferma da frutos con “maduración inversa” o sea, que solo maduran por un lado.

Planta afectada por Dragón amarillo (foto MinCyT)

En coordinación con el Ministerio de Ciencia y Tecnología, están produciendo un kit con el que se obtienen resultados más concretos para identificar a una planta enferma. Como la misma planta bloquea los conductos desde las hojas que alimentan tallos y raíces, todos esos elementos se quedan en la hoja la cual sin ser traslados. En el kit se agrega la raspadura de una hoja; el contenido se vierte en una bolsita mínima a la que se le agrega un mililitro de agua y yodo, y como la hoja tiene almacenado el almidón, cuando el resultado es 8 veces mayor del normal, la enfermedad es un hecho comprobado. Existe el proyecto de entregar este kit a los movimientos campesinos para que monitoreen y detecten la enfermedad en sus plantaciones.

La drástica disminución en el uso de agroquímicos ha traído como consecuencia la expansión de esta plaga, sin embargo, no todo está perdido porque, en principio, “encontró su padrote” que es otro insecto más pequeño llamado Tamarixia Radiata que parasita a la ninfa de Dragón Amarillo interrumpiendo la cadena reproductiva.

Otra solución es la utilización de radiaciones ionizantes para esterilizar al macho, porque la hembra tiene contacto reproductivo solo una vez en su vida, así que si se le acerca un macho estéril, el ciclo se interrumpe, lo que disminuye su reproducción en buen grado. 

También existe otra posibilidad, pero resulta peligrosa por el celo de quienes siembran, y se basa en la eliminación de todas las plantas enfermas, porque siempre hay alguna que presenta una especie de inmunización que la salva de la enfermedad, entonces de esa planta, de la cual se han realizado estudios, se sacarían plántulas sanas que resistan el ataque de esta plaga.

Prensa Mincyt/Cendit/Alejandro Silva Guevara





Foto: Candi Moncada
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